El Lacio es una región predominantemente montañosa, su territorio es variado y se extiende entre los Apeninos y el mar Tirreno, las llanuras se sitúan cerca de las costas.

Fascinante mezcla de gentes, tradiciones y territorios profundamente diferentes.

En el Lacio se pueden identificar al menos cuatro zonas desde el punto de vista paisajístico: Viterbo y Tuscia, las ciudades de los alrededores de Roma y la costa meridional hasta Circeo, Ciociaria y Sabina.

El Lacio posee un gran patrimonio artístico y cultural, una mezcla de cultura milenaria, religiosidad cristiana y pagana que, combinada con el patrimonio paisajístico, hace de esta región uno de los destinos más atractivos para el turismo internacional.

Además de la capital, Roma, la región incluye la Ciudad del Vaticano, que atrae a numerosos religiosos de todo el mundo.

Además, se pueden visitar sus parques arqueológicos, como las excavaciones romanas de Ostia Antica, el templo de Hércules de Cori, el templo de Júpiter Anxur de Terracina o las excavaciones etruscas de Vulci, la Necrópolis de Tuscania y la de Cerveteri.

Sus termas, como las de Fiuggi, Viterbo y Tivoli, famosas también por Villa d'Este y Villa Adriana, donde vivió el emperador del mismo nombre.

Sus pueblos antiguos como Viterbo, Civita di Bagnoreggio, Calcata, Castel Gandolfo, Sermoneta y Greccio, sus costas como Gaeta y Sperlonga, sus montañas como Terminillo, sus islas Pontinas, los Castelli Romani y un sinfín de atractivos naturales y artísticos.

La gastronomía del Lacio es de origen popular; entre los platos típicos destacan los bucatini all'amatriciana y alla carbonara, y entre los postres, los maccheroni alle noci y la tarta de Pascua.